domingo, 11 de junio de 2017

La obsolescencia programada

El motor secreto de nuestra sociedad de consumo 

La Obsolescencia programada consiste en diseñar un producto para que tenga un tiempo de vida específico, generalmente una vida más corta antes de que este se desgaste por completo. Basicamente es programar la muerte de un aparato o el ciclo de vida del producto.
Obsolescencia viene de "obsoleto" o lo que es lo mismo fuera de moda y/o de uso.
   Para que la obsolescencia programada funcione, el cliente debe sentir que ha tenido una buena relación calidad-precio.
 A la obsolescencia programada se le ha sumado la obsolescencia percibida, aquella que lleva al consumidor a sentir la necesidad de cambiar algo que
ha adquirido por algo más nuevo, antes de lo que realmente necesita. A través de la publicidad nos seducen continuamente para que consumamos más en menos tiempo.

El origen de la obsolescencia programada:

 Este concepto tiene su origen en la revolución industrial y la producción en serie. Al principio la industria generaba productos de forma masiva a precios accesibles para los consumidores.
 Fue desarrollada por primera vez en 1920 cuando un grupo de empresarios se dieron cuenta de que cuanto más duraban sus productos, menos dinero ganaban ellos.
 Cuando Thomas Edison inventó la bombilla, la filosofía de los fabricantes era crear productos con una larga vida útil.
El problema surgue si en algún momento la necesidad de los consumidores dejara de existir y por lo tanto no compraran sus productos.
 Los fabricantes decidieron agruparse y formar cárteles para acortar la vida de los productos y aumentar las ventas. En ese momento ingenieros y diseñadores recibieron un nuevo cometido: hacer productos frágiles, confeccionados para tener un ciclo de vida muy por debajo de sus posibilidades.
 En 1924 se constituyó el primer cártel mundial para el control de la fabricación de bombillas. Si en 1881 la bombilla tenía una duración de 1500 horas, en 1924 los fabricantes presionados hacían esfuerzos por limitar su duración a 1000 horas.

 La empresa Apple, se ha convertido en el rey de la obsolescencia programada. Se basa en ofrecer productos mejores y más innovadores a pesar de que el modelo anterior siga siendo útil.
 No obstante se ha creado un sello contra la obsolescencia programada. Todos los aparatos que lo llevan no la tienen y luchan en contra de ella.

Problemas ambientales y sociales de la obsolescencia programada

 Esta situación, genera dos tipos de problemas a resolver: por un lado la necesidad creciente de extraer recursos de la tierra para fabricar mayor cantidad de aparatos, y por otro lado, la generación cada vez mayor de
residuos, que si no se tratan y o reciclan adecuadamente, impactan negativamente sobre el ambiente y sobre la salud de la población.
 La mayor parte de productos electrónicos contienen materiales que puedes ser reutilizados a través de un sistema de reciclaje adecuado evitando la explotación de nuevos recursos naturales y evitando que los productos contaminantes acaben llegando al medio ambiente.
 Materiales como el plástico, plomo, polietileno, etc. tardan en degradarse alrededor de unos 1000 años.
 Se estima que para el 2017 el volumen de basura electrónica anual a escala mundial alcanzará la escalofriante cifra de 65,4 millones de toneladas.
 Nuestros sistema de reciclado no está capacitado para tal magnitud de residuos electrónicos. Es por ello que los millones de toneladas que creamos son desterradas a países como Ghana, cuya población debe convivir entre kilómetros de basura.
 Más del 80% de los productos que llegan a Ghana no se pueden reciclar y acaban abandonados por todo el país.


 La producción mundial es de 50 millones de toneladas de desechos electrónicos por año, con habitantes que producen en promedio 3,5 kg de chatarra tecnológica por día. En Argentina cada persona ocasiona 2,5 Kg de este tipo de basura por día, mientras que en Estados Unidos son 15 kg cada habitante, y en Europa 20 kg. 
  
Por otro lado, una de las ventaja de la obsolescencia programada es la generación de más puestos de trabajo.

Entonces, ¿cuáles son las alternativas que se presentan ante este sistema?

Por un lado se propone considerar el coste real de los recursos utilizados. Esto implica que los productos serían más caros, ya que se tendrían en cuenta las materias primas, las emisiones de carbono, el impacto ambiental de la producción y el reciclaje. Con las mayores ganancias, las empresas podrían crear mejores productos que duren por mucho más tiempo.
Otra forma sería replantear la ingeniería y la producción de los productos. Es un nuevo concepto "De la cuna a la cuna" y es basicamente adaptar la industria al ciclo de naturaleza, la cual no produce residuos, sino nutrientes. Podrían cambiarse los componentes de los productos por materiales biodegradables.
Los mayores críticos de la obsolescencia programada apoyan a la revolución del decrecimiento. Esto significa replantear la economía y los valores de la sociedad. Significa reducir la sobreproducción y el sobreconsumo, dejar de lado la dependencia a objetos para dar lugar a la identidad, la amistad y el conocimiento. 
Los críticos temen que esto destruya la económia.

Fuentes de información:




La obsolescencia programada: sus consecuencias en el ambiente y la importancia del consumo responsable . Laura Fernández Rey 






1 comentario: